Me gusta la gente que se atreve, que se atreve a reírse de sí misma, a decir lo que piensa con respeto y humor, a mirar hacia adentro y tener la certeza de lo que siente y anunciarlo, a buscar esos minutos (siempre en falta) para que sepas que allí está, esperándote, por lo que dure su café; los que se atreven a soñar en una servilleta de papel, aquellos que aún creen el los refranes de los abuelos y los traen al presente confrontándolos con las teorías de moda; esos otros que les ha ganado lo simple porque saben que lo complicado es la máscara para no implicarse y salir con heridas.
Me gustan esas personas que miran un amanecer y reconocen el milagro convertido en regalo como único e irrepetible, esos que caminan livianos haciéndose preguntas y resolviendo las urgencias con la seguridad que en la prioridad saldrán las respuestas.
Me gustan mucho "es@s" que son capaces de "ser" sin imposiciones, que lo dejan caer como lluvia de invierno, esas son las personas que me apasionan, los que convierten lo cotidiano en momentos únicos plagados de pequeños milagros a los que le llaman "días".
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